NEMESIS LA ESTRELLA HERMANA DEL SOL O SERÁ EL NOVENO PLANETA


VIDEO NEMESIS LA OTRA ESTRELLA HERMANA DEL SOL O EL NOVENO PLANETA https://www.youtube.com/watch?v=gMMLC3RSs70&t=806s
El equipo internacional de astrónomos coordinados por Rafael Rebolo, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ha encontrado nuevas enanas marrones en el cúmulo de las Pléyades. Sus últimos resultados se presentan esta semana en el Congreso Internacional sobre Enanas Marrones y Planetas Extrasolares, que se celebra en el Puerto de la Cruz (Tenerife).Las enanas marrones son unos cuerpos celestes que no tienen suficiente masa para encenderse y brillar como estrellas; sin embargo, son muy interesantes no sólo porque amplían la gama de astros que existen en el universo, sino también porque podrían dar cuenta de al menos parte de la materia oscura del universo, cuya existencia se deduce por su efecto gravitacional, pero que no brilla y resulta invisible para los telescopios.
En 1995, el grupo de Rebolo descubrió Teide 1, una enana marrón que es el objeto de menor masa conocido en las Pléyades. Las nuevas enanas marrones, una decena, tienen masas entre 40 y 80 veces la de Júpiter. También han encontrado una enana marrón en el Cúmulo del Pesebre. El equipo coordinado por Rebolo afirma que las observaciones que han conducido a la detección de: estas nuevas enanas marrones, realizadas con sensibilidad muy superior a las anteriores, no dejan lugar a dudas sobre su clasificación como tales. Los astrónomos están utilizando para esta investigación el telescopio William Herschel, de 4,2 metros de diámetro, en el observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma), y el Keck II, de 10 metros, en Hawai.

Estrategias

"Durante el último año se han descubierto nuevas enanas marrones y nuevos planetas alrededor de otras estrellas", explica Rebolo. "La información disponible ahora sobre estos objetos celestes permite comenzar a esclarecer sus mecanismos de formación, establecer sus propiedades y confirmar o descartar las ideas sobre las condiciones físicas en sus atmósferas e interiores". En el congreso, al que asisten un centenar de especialistas de todo el mundo, incluidos Geoff Marcy y Michel Mayor, se discuten, entre otros temas, las mejores estrategias para la búsqueda de enanas marrones.En el congreso, inaugurado por Jorma Routti (Comisión Europea), expertos de la Universidad de Harvard y del Observatorio Europeo Austral presentan datos de regiones de formación estelar que probablemente son enanas marrones. Todo parece indicar, dicen, que estos astros son muy abundantes en nuestra galaxia, mucho más de lo que se pensaba.


María Rosa Zapatero Osorio en EWASS 2015. Créditos: Iván Jiménez / IAC.

Hace veinte años, un descubrimiento excepcional borró para siempre el límite entre lo que llamamos estrellas y lo que llamamos planetas. Una estrella se caracteriza por producir reacciones nucleares en su interior. Sin embargo, en 1995 un grupo de investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), entre ellos María Rosa Zapatero Osorio (ahora en el Centro de Astrobiología (CAB-CSIC-INTA) descubrió un objeto que parecía ser una estrella, pero sin suficiente masa para producir reacciones nucleares significativas.
Aunque se le dio el nombre de Teide-1,De hecho, los científicos habían encontrado un tipo de objeto que había sido predicho más de tres décadas antes. Fue la primera enana marrón, una especie de "eslabón perdido" entre las estrellas y los planetas, una pieza más que se necesitaba para comprender la evolución estelar y la formación de planetas. Hoy en día, el estudio de las enanas marrones es una de las áreas más interesantes de la astrofísica, en particular porque son candidatos a albergar planetas en sus "zonas de habitabilidad", que son las regiones en las que se puede encontrar el agua en un planeta esencialmente rocoso. estaría en estado líquido en su superficie. María Rosa es una de las especialistas más prestigiosas a nivel internacional en esta área, por lo que su presencia en EWASS 2015 es una oportunidad inigualable para conocer los puntos clave de estos fascinantes objetos subestelares.Su conferencia plenaria en el EWASS será sobre uno de sus campos de estudio, las enanas marrones. ¿Cómo definirías estos objetos y por qué es importante estudiarlos?
Las enanas marrones son cuerpos con masas entre las estrellas y los planetas, para ser precisos, entre 13 y 75 veces la masa de Júpiter (el planeta más grande del Sistema Solar). Sus interiores son fríos y nunca alcanzarán la temperatura suficiente para iniciar la fusión del hidrógeno, que es la fuente de energía de estrellas como el Sol. Como resultado, las enanas marrones, como los planetas, se enfrían a medida que pasa el tiempo. Sus propiedades físicas y químicas se parecen más a las de los planetas que a las de las estrellas.
¿Qué sabemos acerca de estos objetos que, hace 20 años, cuando fueron descubiertos, no podríamos habernos imaginado?
Su descubrimiento solo fue un gran avance. Su existencia se había predicho tres décadas antes, pero a pesar de los esfuerzos por encontrarlos, "resistieron" a los observadores. En el mismo año se descubrieron dos enanas marrones con masas muy similares, pero con edades muy diferentes. Uno tenía 120 millones de años y el otro tenía aproximadamente la misma edad que el Sistema Solar (más de cuatro mil millones de años). Hace veinte años, apenas podíamos imaginar cuántos de estos objetos podría haber en nuestra Galaxia, cómo se originaron y si podrían tener planetas orbitando alrededor de ellos. Aunque todavía no estamos cerca de sacar conclusiones definitivas, hoy sabemos que la cantidad de enanas marrones es muy grande, tal vez comparable con la cantidad de estrellas pequeñas (que son las más numerosas) y que las enanas marrones pueden albergar discos protoplanetarios (los lugares de nacimiento de planetas).
Entonces, ¿son las enanas marrones candidatas para albergar exoplanetas habitables?
La habitabilidad es un concepto que todavía necesita mucho estudio en varias disciplinas diferentes. Sabemos que hay planetas gigantes que orbitan enanas marrones, y también sabemos que las enanas marrones pueden albergar discos protoplanetarios, donde se pueden formar planetas como la Tierra. No hay duda de que las enanas marrones tienen el potencial de tener un planeta rocoso a su alrededor y que algunas de ellas pueden estar en la "zona de habitabilidad", aunque esto está muy cerca de la enana marrón, lo que tiene ciertas implicaciones.
¿Cuáles son los principales obstáculos para los astrofísicos que los estudian? ¿Es fácil detectarlos y caracterizarlos? ¿Qué técnica usas?
Las enanas marrones y los planetas que flotan libremente son intrínsecamente fríos y con muy baja luminosidad. Esto hace que su luz sea muy tenue, y para caracterizarlos necesitamos telescopios muy grandes e instrumentos que funcionen a longitudes de onda específicas en el infrarrojo (que el ojo humano no puede ver). Podemos decir que en este momento estamos empujando al límite las capacidades de los telescopios más grandes (como el GTC). Necesitamos infraestructuras con áreas de recolección aún más grandes, y observaciones desde el espacio, para todos los proyectos que prevemos.
¿Son conocidos los mecanismos para formar estos objetos? ¿Cuál es la teoría actualmente aceptada?
No conocemos bien los procesos de formación de enanas marrones y planetas de flotación libre. Es uno de los mayores misterios de este campo de investigación. Pueden originarse por el colapso y la fragmentación de las nubes moleculares, en un proceso similar al de la formación de estrellas, o pueden nacer en discos alrededor de las estrellas. Algunas enanas marrones y planetas formados en estos discos podrían ser expulsados ​​por la interacción dinámica en los propios sistemas planetarios. Por supuesto, puede haber mecanismos en los que aún no hemos pensado.
¿Cómo evolucionan las enanas marrones? ¿Cuáles son los procesos que afectan su evolución?
Las enanas marrones y los planetas que flotan libremente comienzan su vida a temperaturas relativamente altas y su tamaño es varias veces mayor que el de Júpiter. A medida que pasa el tiempo, se enfrían y se encogen debido a su propia gravedad (no hay reacciones nucleares en su interior, carecen de la energía necesaria para alcanzar el equilibrio termodinámico que les impediría encogerse). Al final, las enanas marrones se convierten en cuerpos con muy baja luminosidad, a temperaturas similares a las de Júpiter y volúmenes similares a los de Júpiter. Las enanas marrones que son tan antiguas como el Sistema Solar son aproximadamente del mismo tamaño que Júpiter, pero decenas de veces más densas. Aunque este es un escenario teórico, hay observaciones que respaldan esta imagen de su evolución.
¿Qué queda por estudiar sobre estos objetos?
En un campo tan joven en el que apenas lleva 20 años de observaciones, quedan muchas preguntas por investigar en todos los aspectos (formación y evolución, estructura de las atmósferas, subestelar interior, multiplicidad de sistemas, presencia de planetas ...). Algunas cuestiones están limitadas por la tecnología actual y tendremos que esperar a la siguiente generación de telescopios como el Telescopio Europeo Extra grande (E-ELT) y el telescopio espacial James Webb (JWST).
En un campo tan joven, apenas tiene 20 años, hay muchas preguntas sin respuesta de casi todos los tipos (formación, evolución, estructura atmosférica e interior, si ocurren solo o en sistemas múltiples, cuántos de ellos tienen planetas ... .). Algunas preguntas están limitadas por la tecnología actual, y tendremos que esperar a la próxima generación de telescopios, como el telescopio extremadamente grande europeo (E-ELT) y el telescopio espacial James Webb (JWST).




INSTITUTO DE ASTROFÍSICA DE CANARIAS (TENERIFE)
A SEARCH FOR COMPANIONS TO NEARBY BROWN DWARFS:
THE BINARY DENIS-P J1228.2-1547

E. L. MARTÍN, W. BRANDNER Y G. BASRI
1999, SCIENCE, 283, 1718
Cuál era el problema al que os enfrentasteis?
El problema que nos ocupó fue la caracterización de las propiedades de las primeras enanas marrones de tipo espectral L en la vecindad solar. Las enanas marrones son objetos en lo que denominamos el «límite subestelar», es decir, no son estrellas, porque en ellas no existe fusión de hidrógeno tal y como sucede en el Sol.
¿Cuál fue la solución a ese problema y la contribución que ese artículo hizo al campo de trabajo en el que se enmarca?
Por primera vez se obtuvieron imágenes de una enana marrón binaria usando el Telescopio Espacial Hubble. Se probó que se pueden detectar las compañeras de enanas marrones con sensibilidad suficiente para llegar hasta objetos de masa planetaria. Se descubrió la primera binaria con componentes de tipo espectral L.
Desde que ese artículo se publicó, ¿ha habido avances significativos en esa área específica?
Sí, se han detectado docenas de binarias de muy baja masa, e incluso algunos objetos de masa planetaria. Se han medido las masas dinámicas de varias enanas marrones. Se han estudiado propiedades generales de la multiplicidad de enanas marrones como la frecuencia de binarias, la distribución de semiejes mayores y de los cocientes de masa. Se han utilizado estos resultados para restringir la validez de escenarios de formación de objetos de muy baja masa.


¿Cuáles son los problemas fundamentales en la actualidad en ese campo de la astrofísica y qué descubrimientos se espera realizar en los próximos años?
Entre los muchos problemas en esta área tan candente, yo destacaría la determinación de la relación masaluminosidad para enanas marrones, el descubrimiento de binarias eclipsantes de muy baja masa y de planetas orbitando enanas marrones.
¿Ha tenido alguna influencia sobre tu
carrera profesional?, ¿has continuado en esa línea y te ha abierto nuevos campos o posteriormente te dedicaste a otros temas?
Sí ha tenido influencia. He continuado con esa línea, aunque últimamente me estoy dedicando más a otros temas.
¿Tienes alguna anécdota relacionada con la gestación y publicación de este artículo y que consideres adecuado contar?
Los datos fueron tomados durante el programa de tiempo de director del Telescopio Espacial Hubble. Al ver la primera enana marrón doble, lo primero que pensé es que el telescopio se había movido o que estaba viendo doble. Se observó otra enana marrón, que curiosamente también es binaria (eso se descubrió siete años después), pero no la resolvimos porque su órbita es excéntrica.

Comparación de algunas propiedades (tamaños, temperaturas y colores) entre el Sol, una estrella enana M (Gliese 229 A), dos enanas marrones (Teide 1 y Gliese 229 B) y Júpiter. Las enanas marrones unen el hueco en masa entre las estrellas y los planetas. Un objeto subestelar se considera enana marrón si su masa está entre 0,013 veces la masa del Sol (13 veces la masa de Júpiter) y 0,070 veces la masa del sol.
Entonces para ir viendo que realmente  hay algo allí en nuestro vecindario que todo apunta algo grande  el problema de que ya hay ciertas cosas que vemos en nuestro sistema solar perturbaciones de millones de años desde la formación 

El planeta enano Duende (2015 TG387) y la búsqueda del Planeta 9

Mientras el común de los mortales seguimos pensando en las afueras del sistema solar como una vasta pero anodina región repleta de bolas de nieve sucias, los astrónomos no paran de descubrir objetos de gran tamaño situados en extrañas órbitas. El último descubrimiento por parte de un grupo de investigadores liderado por Chad Trujillo y Scott Sheppard es el objeto transneptuniano 2015 TG387, apodado como «planeta enano Duende» (Goblin). Antes de entrar en el asunto, conviene aclarar un par de puntos. Primero, el nombre de Duende es un simple apodo interno del equipo de descubridores y no es, ni será, el nombre oficial. Esta es una práctica muy común entre los astrónomos que buscan nuevos objetos en el sistema solar exterior (por ejemplo, recordemos como el equipo de Mike Brown bautizó originalmente a Eris con el sobrenombre de Xena). Es la Unión Astronómica Internacional (UAI) la que se encarga de bautizar oficialmente a los objetos transneptunianos siguiendo unas pautas relativamente rígidas. El equipo descubridor tiene prioridad a la hora de proponer un nombre oficial, pero siempre y cuando sea «adecuado» para la UAI.
Recreación con muchas licencias de Duende (Roberto Molar Candanosa y Scott Sheppard, Carnegie Institution for Science).


egundo, aunque Duende ha sido clasificado como planeta enano, lo cierto es que nadie sabe si lo es o no. La categoría de «planeta enano» es un cajón de sastre introducido por la UAI en 2006 para designar objetos que no son planetas propiamente dichos, pero tienen una forma esferoidal. No existe un límite en el grado de desviación de la forma esférica para que un planeta enano deje de ser considerado como tal y pase a ser un simple cuerpo menor, pero por el momento la UAI solo reconoce cinco planetas enanos: Ceres, Plutón, Eris, Haumea y Makemake. Según las estimaciones de sus descubridores, Duende podría tener unos 300 kilómetros de diámetro, muy lejos de los 950 kilómetros de Ceres, el planeta enano oficial más pequeño, y por debajo de otros candidatos a planeta enano como Orcus, Sedna o Quaoar (todos con un diámetro de unos mil kilómetros).

Órbita de 2015 TG387 (Carnegie Institution for Science).

En realidad, determinar el tamaño de los objetos transneptunianos es una tarea extremadamente compleja con un elevadísimo grado de incertidumbre. Huelga decir que la cifra de 300 kilómetros presenta un error considerable. Esto es así porque las estimaciones del tamaño dependen del brillo (albedo) del objeto, pero precisamente los objetos transneptunianos presentan una dramática variedad de albedos.
Aclarados estos puntos, ¿qué tiene entonces de especial 2015 TG387? Pues su órbita, que es brutalmente excéntrica. 2015 TG387 se acerca el Sol hasta «solo» 9.800 millones de kilómetros (65 UA), pero se aleja hasta unos sorprendente 345.000 millones de kilómetros (2.300 UA), con un periodo 40.000 años. Está tan lejos que nuestros telescopios solo pueden verlo durante el 1% de su periodo orbital. Eso significa que Duende no es un simple objeto transneptuniano (TNO); ni siquiera es un simple objeto transneptuniano extremo (ETNO), sino que se trata de un miembro de la nube de Oort interior (IOC). El tercero, para más señas, después de Sedna y 2012 VP113. Si me permiten la sopa de letras, es preciso aclarar que los IOC son un subgrupo de ETNO que no tienen ningún tipo de interacción gravitatoria con los planetas gigantes. En 2014, a raíz del descubrimiento de 2012 VP113, Chad Trujillo y Scott Sheppard se dieron cuenta de que este objeto y Sedna tenían su punto más cercano al Sol muy cerca en el espacio (el término técnico es «argumento del perihelio»). Ambos astrónomos propusieron que esta agrupación espacial no era casualidad, sino el resultado de la influencia gravitatoria de un noveno planeta aún no descubierto, apodado Planeta X o Planeta 9.
En 2016 Mike Brown y Konstantin Batygin publicaron un modelo teórico basado en las órbitas de Sedna, 2012 VP113 y otros cuatro objetos transneptunianos en el que la hipótesis del noveno planeta salía reforzada. Los dos investigadores pronto ampliaron el modelo para dar cabida a una segunda población de objetos (entre ellos 2013 FT28 Y 2015 KG163) con un argumento de perihelio opuesto a los ya conocidos y que, en principio, parecían contradecir la hipótesis del noveno planeta. Desde un principio se criticó la propuesta de Brown y Trujillo como poco significativa desde el punto de vista estadístico al estar basada en una muestra muy pequeña de objetos, pero desde su publicación se han descubierto más TNOs y la órbita de la mayoría de ellos concuerda con la presencia de un planeta en el exterior del sistema solar (la palabra clave aquí es «mayoría»). Brown y muchos otros astrónomos llevan meses intentando hallar el esquivo planeta desde varios observatorios, pero hasta la fecha la búsqueda ha sido infructuosa. El área de observación es demasiado grande debido a que el modelo tiene demasiados parámetros libres a la hora de precisar la órbita del noveno planeta.
Órbita de Duende y otros objetos transneptunianos (Sheppard et al.).

Órbitas de los distintos objetos transneptunianos descubiertos (Sheppard et al.)

¿Y cómo encaja 2015 TG387 en el modelo del noveno planeta? Pues las buenas noticias son que Duende coincide exquisitamente con el modelo (su argumento de perihelio, 59º, es casi idéntico al de 2012 VP113). Si un objeto tan grande como Duende no hubiese tenido una órbita adecuada, la hipótesis del noveno planeta habría recibido un golpe considerable. De hecho, la órbita de Duende es más estable con un Planeta 9 como el predicho por Brown y Batygin que sin él. Ahora bien, si usamos una muestra con los objetos IOC y ETNO conocidos, la significancia estadística del agrupamiento del perihelio de estos cuerpos sigue sin ser muy alta (4σ como máximo). También es cierto que esta desconfianza sobre la hipótesis de Brown y Batygin podría interpretarse como un dardo envenenado de Sheppard y Trujillo, los rivales de Brown y Batygin en su búsqueda por el Planeta 9. No en vano, si se descubre el planeta 9 con una órbita parecida a la predicha por Brown y Batygin, ambos serán recordados como los primeros que propusieron su existencia, mientras que si existe un Planeta 9 del tamaño de una supertierra, pero en otra órbita distinta, serían Trujillo y Sheppard los que pasarían a la historia (llama la atención que la nota de prensa hable de «Planeta X» en vez de «Planeta 9», esta última la denominación favorita de Brown y Batygin). Sea como sea, la existencia de un Planeta 9 —o Planeta X— es hoy más probable que ayer.
Por otro lado, la presencia de Duende sugiere que la masa conjunta de los objetos en esta zona del sistema solar es comparable a la del cinturón de Kuiper. Es decir, tenemos ante nosotros una enorme y nueva región del sistema solar por explorar.



CONCLUSIÓN:.
Que hay allí  afuera en nuestro vecindario una Enana Marrón ,objeto transneptuniano 2015 TG387
o un agujero negro tan chico como una pelota de ping pong ,o hay que estar preocupados por los descubrimientos Los astrónomos han descubierto que numerosos cuerpos que orbitan Neptuno, pertenecientes al Cinturón Kuiper, ven afectadas sus órbitas por la presencia del astro.Sin embargo, hay un tipo concreto de cuerpos, de menor tamaño, que tienen órbitas bastante particulares con inclinaciones muy exageradas. El hecho de que su órbita sea muy distinta al resto de cuerpos que recorren el Cinturón de Kuiper hace sospechar que la gravedad de un gran astro está afectando sus órbitas.
Otra razón que ha llevado a Caltech a pensar que haya otro planeta orbitando cerca de Neptuno es que estos cuerpos celestes se agrupan, pero sus órbitas elípticas se alinean de una forma especial que sugiere aún más la posibilidad de un nuevo planeta orbitando en ese área del Sistema Solar.
El Planeta 9 sería de un tamaño más pequeño que el de Saturno, porque los astrónomos ya hubiesen divisado un planeta de tales dimensiones. El nuevo planeta tendría una masa entre 5 y 10 veces la de la Tierra; y orbitaría el Sol entre 400 y 800 veces más lejos que la Tierra.
Si el Planeta 9 realmente existe será descubierto en la próxima década.

Pedro Contreras Bustos  
arnold8204215@gmail.com
Astrónomo Amateur 
Astronomia Puerto Montt,Chile


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